
Terry Eagleton es crítico literario, profesor, investigador cultural y uno de los ensayistas más influyentes en la actualidad.
“Ideología" es uno de sus liblos en el cual Eagleton pretende recorrer las diferentes concepciones que se tienen del esquivo y complejo concepto de ideología y viajar a través de diferentes pensadores y corrientes filosóficas poniendo especial énfasis en los autores marxistas.
La ideología posee dos vertientes diferenciadas: una tiene unos matices más epistemológicos (la lente de color que deforma nuestra concepción del mundo, la desfiguración de la realidad o la falsa consciencia), la otra tiene unos derroteros más activos y políticos (la función de las ideas en la sociedad). A la ideología se la encasilla como la deformación de la realidad.
En realidad, la ideología es pecado de todos, nos sirve para entender el mundo y, pese a que es un esquema ilusorio, la ideología encierra mucha verdad. Si las ideologías fueran absurdas, nadie las seguiría, sería muy fácil rasgar el velo y desmoronar la estructura que las mantiene, no nos serviría como puente simplificador a una realidad que se nos presenta compleja.Hay una idea que ronda en la cabeza de muchos autores, ésta es la concepción de que la ideología ha muerto.
Los posmodernistas nos han venido anunciando éste y otros y variados dudosos “Apocalipsis”. Sin embargo, Eagleton expone un buen argumento para sustentarse en tal afirmación, es el hecho de que el capitalismo moderno parece perpetuarse así mismo más por la destrucción de los significados que por el cultivo de éstos. Es decir, parece que al sistema ya no le importa si crees en él y que subsite, tan solo, mediante la inercia de sus procedimientos tecnocráctios complejos. Ya no forma activamente a conformistas “inteligentes” capaces de defender argumentalmente porque éste es, al menos, el mejor sistema posible sistemas dentro de lo que cabe.
Como bien señala Eagleton, la mayoría de ideologías son unificadoras (que no homogéneas), orientadas a la acción, racionalizadoras (sin llegar al autoengaño), legitimadoras, universalizadoras (eternización) y naturalizadoras (deshistorizantes). Pero repasemos, con Eagleton de la mano, cual ha sido la concepción de este problemático concepto a lo largo de su viaje por diferentes autores marxistas y no-marxistas.
El concepto Ideología, en un principio, se refería al estudio de las ideas humanas y no a las ideas humanas en sí. Los ideólogos franceses como Tracy, estudiosos de las ideas, eran un grupo de intelectuales que creían que las ideas provenían de la realidad social. Mediante el análisis y manejo de éstas, era posible cambiar la sociedad. Pese a ser enemigos acérrimos de la metafísica, la cual intentaban deslegitimar, acabaron por engrosar sus, ya de por si, nutridas filas puesto que nunca pudieron superar cierto bucle que les aisló de la realidad. Dicho bucle consistía en la imposibilidad de verificar racionalmente la propia razón, es decir, como la “luz” no puede “iluminarse” a sí misma, siempre nos queda la duda si debemos fiarnos de ella, nunca podremos asegurar su infalibilidad.
