Por último, Eagleton repasa la relación entre el lenguaje y la ideología. Expone que todo lenguaje es ideológico puesto que expresa intereses específicos. En un discurso, no es tan importante lo que se dice si no con que intención se dice, que intenta uno defender, que poder en pugna prueba de legitimar. Al contrario que Eagleton y otros autores, los posmarxistas niegan la relación entre los intereses socio-económicos y los discursos políticos. Paul Hisrt, Barry Hindess, Ernest Laclau y Chantal Mouffe (estos dos últimos matizan lo siguiente) engrosan las filas del movimiento posmarxista. Los posmarxistas creen que no existe relación alguna con las necesidades de diferentes estratos socio-económicos en la sociedad y lo político que, al parecer, cae del cielo. Pese a que es cierto que una mujer no tiene por que ser feminista, no se puede negar que no tiene interés objetivo en serlo. Si no fuera así, sería pura casualidad que la alta burguesía no sean los mayores defensores del socialismo o que los negros africanos no sean adscritos entusiastas del nazismo. Los posmarxistas, burdos reformistas, ponen énfasis en las luchas perieconómicas (antirracismo, feminismo, movimientos pro gay), dejando de lado las luchas económica (defensa de la clase trabajadora, socialismo, socialización de los medios de producción, etc). Estos revisionistas afirman también que, por ejemplo, la política da lugar a la economía y otros chistes de sobremesa. Uno se reiría si no fuera porque han influenciado ampliamente sobre socialdemócratas y socioliberales. El posmarxismo es, para resumir, uno de los síntomas de la actual y enfermiza crisis de la izquierda.

Como hemos podido observar a lo largo de este resumen sobre las concepciones de la ideología recolectadas por Eagleton, este concepto, dentro de la teoría marxista, suscita un debate apasionado e enriquecedor, confirmando al marxismo como un movimiento vivo y no como la pesada losa dogmática y anquilosante que algunos autores nos quieren mostrar.
Las dinámicas económicas del capitalismo, fueron definidas magistralmente por Marx en su obra. En ella, nos mostraba su naturaleza, su injusticia y, también, el porqué ese sistema es superable y con que sistema construir una sociedad nueva. Nadie ha podido refutarlo, al menos en lo teórico. Sin embargo, hay elementos de la teoría marxista, como la ideología, que están poco acabados. Esto, lejos de ser una brecha, es algo que fortalece el movimiento marxista (y comunista en general) ya que hace al marxismo más atrayente intelectualmente puesto que invita a que uno mismo, magna o humildemente, pueda contribuir.
Las dinámicas económicas del capitalismo, fueron definidas magistralmente por Marx en su obra. En ella, nos mostraba su naturaleza, su injusticia y, también, el porqué ese sistema es superable y con que sistema construir una sociedad nueva. Nadie ha podido refutarlo, al menos en lo teórico. Sin embargo, hay elementos de la teoría marxista, como la ideología, que están poco acabados. Esto, lejos de ser una brecha, es algo que fortalece el movimiento marxista (y comunista en general) ya que hace al marxismo más atrayente intelectualmente puesto que invita a que uno mismo, magna o humildemente, pueda contribuir.

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